De Chewbaca a Mascatabaco

La primera vez que intenté ver ¨Star Wars¨ fue en la década de los años 90 cuando alquilé un video pirata –de lo cual me arrepiento- y tuve que pararlo al escuchar a Han Solo decir ¨Mascatabaco¨ en vez de ¨Chewbacca¨. El doblaje era hecho en España, lo cual me resultó molesto pues su velocidad y las palabras usadas me hacían incompresible algunas escenas. Sin embargo, persistí hasta llegar al fatídico momento en que el guerrero wookiee más famoso de la historia cinematográfica perdió su identidad en un error garrafal de traducción literal.

George Lukas, creador de La guerra de las Galaxias, llamó a Chewbacca así inspirado en su perro Husky, tal como se lo declaró al New York Times en una entrevista. Es un nombre onomatopéyico que no pretende, de ninguna manera, vender tabaco o hacerle propaganda a la industria de puros. Este error no sólo denota una falta total de interpretación del texto sino una absoluta descontextualización del traductor y del revisor lingüista o editor, si es que acaso lo hubo.

Ni siquiera el traductor de Google traduce Chewbacca de esta forma tan automática, así que, este error tan simple y que parece un chiste da para cuestionar muchas cosas; principalmente cuán calificado era el traductor y qué tanto entendían estos videografos piratas que lo contrataron del proceso de traducción y subtitulación.

La primera cosa para decir aquí es que no todo el mundo que es bilingüe es un buen traductor y, además, no es lo mismo traducir un texto científico o técnico que traducir un guión para cine o televisión. Esto lo saben muy bien los guionistas y directores y debe ser un criterio fundamental a la hora de buscar quién traduzca una pieza audiovisual final.

Pasando a un error más complejo, voy a citar a Sally Templer, filóloga española y traductora de guiones muy reconocida. Templer cataloga los ¨reniegos¨ como los términos más difíciles de una traducción y pone como ejemplo la frase ¨Shut your fucking face, you motherfucking son of a fucking gun¨. En ese caso ella señala que es preciso considerar el universo del personaje que dice esto, es decir, ¿dónde vive? ¿de dónde viene?, así como la situación que ha provocado que diga esto y, finalmente, a quién va dirigida la frase.

Así las cosas y volviendo al tema del traductor de un guión cinematográfico, siguiendo el ejemplo de Templer, quien traduzca esta línea debe ser capaz no solamente de entender las palabras y su sintaxis sino que debe conocer el contexto social de los personajes y las relaciones de correspondencia entre ellos dentro de la historia. En otras palabras, el traductor debe estar inmerso en el universo que se gesta en cada guión para poder serle fiel a las distintas voces de los personajes que se encuentre en el camino.

En suma, si el traductor pirata del cassette de Star Wars que alquilé esa vez hubiera estado inmerso en el contexto de la saga más famosa de ciencia ficción de la historia del cine, o por lo menos hubiera entendido el formato de guión donde de inmediato habría distinguido que Chewbacca era el nombre propio de un personaje; quizás no habría siquiera considerado utilizar la traducción literal.

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